¿Decidir dónde ir o simplemente andar?

viernes, 1 de abril de 2011

Por un nacimiento con conciencia

Cuando Frédérick Leboyer vio publicado su libro "Por un nacimiento sin violencia" allá por el setenta y seis, tal vez solo él podía atisbar el efecto que este iba a tener con el paso del tiempo. Hoy muchas de las cosas que en él se dicen podrían parecernos obviedades, pero en su día fue una obra precursora de los métodos de actuación que hoy en día podemos ver en una sala de parto.


Entonces ¿Qué importancia debemos darle hoy en día a esta obra? ¿Una publicación más de referencia histórica? Yo creo que no. Creo que simplemente ha cambiado sobre todo el sector de lectores al que en un principio iba destinada. Quiero decir que hoy, más que para un ginecólogo, esta obra es interesante para ti, futuro padre o futura madre que esperas tu niño.


Leboyer rompe todos los tópicos del niño que debe venir llorando a este mundo y de pensar solo en el sufrimiento de la madre que debe parir. Hace hincapié en el viaje simultáneo que hacen madre y bebé, y que desembocará en el parto, una experiencia que será dolorosa para ambos. La novedad reside sobre todo en el enfoque que da el doctor a dicho acontecimiento, puesto que lo hace en todo momento desde la perspectiva del niño que nace, ya que la madre en aquella época, en el marco de una sociedad evolucionada, ya debería estar suficientemente protegida.


Da especial importancia a este enfoque, no solo porque entonces no se tuviera suficientemente en cuenta... se la da sobre todo, porque en el caso del pequeño, esta va a ser su primera experiencia en el mundo, una experiencia que aun llevando el mayor de los cuidados, para el bebé va a ser una experiencia traumática. Cuando el niño al nacer se nos presenta llorando no es solo por el dolor que ya requiere para su persona dicho acto, se debe además a ese aire que entra por primera vez en sus pulmones abrasándole por dentro.

Pensad que esto está escrito en una época en la que aún, en muchos casos, se cortaba el cordón umbilical de cualquier manera, sin esperar apenas a que este dejara de latir, dejándole despojado de la ayuda asistida que dicho cordón le debe proporcionar a través de su madre. Una época en que el ginecólogo, como buen artesano, estaba satisfecho de su trabajo por el mero hecho de que el niño naciera, sufriendo o no.

Por eso os recomiendo este librito a vosotros, futuros padres, porque es una ayuda inestimable para empezar a empatizar con la personita que está por venir y que va a llenar vuestra vida de los momentos más intensos e inesperados de vuestros próximos años. Para facilitaros tomar conciencia de lo que está por venir, y de que aunque no lo veáis aún, el chiquitín ya está con vosotros. Para sentiros responsables del sufrimiento del niño en el mismo momento en el que sois padres. Para darle vuestro amor y disfrutar de su compañia desde ya.

martes, 29 de marzo de 2011

El corazón de Madeleine


Un libro que me ha gustado mucho y del que no esperaba demasiado. Posiblemente por eso me ha sorprendido tan gratamente.

Soy muy escéptico cuando me encuentro genios reconvertidos a otras disciplinas, por lo general me huele muy mal. Mathias Malzieu ya me llegó dentro con su música hace bastante tiempo, cuando Thibault, mi por entonces compañero de piso - belga él -, me hizo escuchar "Dionisos" por primera vez.

Es así que mi mujer me enseñó el nuevo libro que le habían regalado, yo reaccioné con una mezcla de distancia y curiosidad. Después lo primero que hice fue ir a Internet a recabar información: Luc Besson había comprado ya los derechos para hacer la versión cinematográfica; y lo más importante: Malzieu había compuesto y editado ya una posible banda sonora.

La versión sonora la descargué inmediatamente, y la frustración fue considerable. Era la primera patata que escuchaba de un grupo que yo considero de culto. Una burda imitación de algunas bandas sonoras de las obras de animación de Tim Burton, llevada de una manera mucho más lineal y repetitiva que aquellas. después de esto tardé dos años aproximadamente en abrir dicho libro, y cuando lo abrí no sé ni porque lo hice con tanto que me gusta y que tengo a medio, tal vez la perezosa necesidad de leer algo fácil: la secuencia fue la antítesis de la anterior.

Sus influencias son tal vez demasiado evidentes, ese principio contextualizado historicamente en una importante capital europea en unas circunstancias paupérrimas, ese contraste de la magnificencia de la ciudad con la miseria del ser humano, se antoja un correlato de "El Perfume" de Süskind, y toda la estética del relato está salpicada de motivos macabros a la manera de los poemas de Tim Burton en su "La muerte del chico Ostra". Pero es innegable que Mathias tiene dotes literarias que no esperaba, una creatividad espóntanea y rica en registros, y una capcidad de síntesis que hacen de su estilo el aliciente definitivo para que el lector pase un rato agradable sin quedarse solo en eso.

Malzieu tiene una carta celosamente escondida durante todo el desarrollo del libro, dándole finalmente mátices más profundos a esta historia de "amor idílico" que no se puede quedar solo ahí, puesto que Jack no es la única persona que ama, y porque hay un amor que trasciende cualquiera que hayamos vivido antes...

miércoles, 23 de marzo de 2011

"La violación correctiva"


Más o menos por el año 2000, ví la primera película de una de mis actrices favoritas, Hilary Swank, su título: "Boys don´t cry". Me dejó personalmente horrorizado que su personaje, Brandon Teena, estuviese construido en base a un hecho real acontecido en Norteamérica.

Si trasladamos dicha historia a Sudáfrica, la misma deja de convertirse en un hecho aislado para convertirse en una tradición. La violación correctiva [o curativa] consiste en la violación de lesbianas por parte de hombres para corregir su "desviación sexual".

Hoy día conocemos más de 30 casos que han acabado incluso con la muerte de las víctimas. El caso más sonado, es el de Eudy Simelane, futbolista sudafricana y activista reconocida en contra de esta práctica. A Eudy la apuñalaron veinticinco veces después de ser violada delante de un grupo numeroso de hombres. Ésta fue la primera vez que los culpables fueron condenados bajo pena de prisión.

El concepto de "discriminación" se va vaciando, se pierde, cae detrás del precipicio de la injusticia, y pasa a ser una especie de idea platónica que flota espectante en el mundo de las ideas, esperando a ser escogida por algún popular erudito en un círculo de contertulios.

Hemos perdido el miedo al concepto. En una sociedad saturada de información ya no nos asusta, sin embargo, cuando nos topamos con su proyección a la realidad no soportamos tanta crudeza.

Siempre hay alguien que se considera autorizado a decirle a Miss Sarajevo y a todas sus compañeras que celebrar un concurso de belleza en el contexto de una guerra no está bien por mucha ilusión que les haga, que están siendo manipuladas...

Años antes de que este autoautorizado caballero apretara el gatillo que acabó con la vida de esta chica, los padres de la misma doblaban día tras día sus vestidos y los metían en su armario, iban al médico como si fuese a acabarse el mundo cuando su pequeña estaba enferma, cuando su pequeña creció se preocupaban cuando creían que su niña se estaba equivocando... Pero todo aquello terminó. Este señor apretó el gatillo y a Eudy Simelane le dieron veinticinco puñaladas.

Al igual que Grace [agradecida] en "Dogville" las numerosas víctimas deben estar agradecidas a sus agresores puesto que esta violación corrige y cura. No tiene nada que ver con las miserias personales de cada uno de estos individuos.

¿Cuál es la opción que nos queda con aquellos cuya forma de ser consiste en no dejar a los demás que sean como son? ¿Enfundar la pistola de Grace y hacer lo propio? ¿Vivir con ellos? Me temo que no. Si no queremos convertirnos en aquellos que nos matan día tras día solo nos queda "sobrevivir" con ellos.


[A la memoria de Eudy Simelane]

domingo, 22 de noviembre de 2009

"El sol saldrá mañana"


"El sol saldrá mañana", éste es el ejemplo que nos ponía David Hume para plantearnos la firmeza de aquellas "bases" que en un momento dado pueden "garantizar" nuestra estabilidad.

Contextualizando este ejemplo en su escenario completo recordamos a ese pollo que espera su comida todos los días a la misma hora, hasta que llega ese día en que el campesino no se la dá, y simplemente le parte el cuello para cocinarlo. Y es así que en cierto modo nosotros somos ese pobre animal cuando miramos al cielo amanecer tras amanecer, y nos decimos con calmada seguridad: "El sol saldrá mañana".

Un ejemplo tan sencillo como revelador en tanto que una de las grandes enseñanzas a adquirir en el trancurso de nuestra a veces breve, a veces prolongada existencia, es que no nos podemos acomodar, tenemos que estar preparados para afrontar una vida que normalmente es los suficiente larga como para que se produzcan como poco dos o tres acontecimientos que cambien por completo nuestra persona, y todo lo que hemos sido anteriormente se rompa. Es entonces cuando definimos quienes somos.

Da igual lo previsto que lo tengamos todo, casi siempre llega ese punto de inflexión en el que todo lo que tenemos se nos escapa de las manos, y estar preparado es aprender a volver a cogerlo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Yo antes de Ilaria. Con el tiempo ésto es suyo.


Me falta el calor de tus abrazos en mi cama, tus caricias, tus problemas y alegrías caminando por mi almohada, esperar el futuro contigo, reprimir mis impulsos por ti, ser yo por nosotros, compartir nuestras ilusiones, despertar a tu lado, y ver crecer mi vida cuando te vea sonreír, abrazar tu sangre caliente, y sentir hervir la mía. Hoy que todo es tan superficial, soy tan sincero conmigo que ya no sé lo que puedo sentir, tan tonto que no llego a donde quiero, tan cobarde y tan valiente... pienso demasiado, y siento tanto, siento tanta impotencia al reprimir lo que siento, tengo tanto miedo de necesitarte, de no poder prescindir de ti, y aunque las lágrimas se hicieron piedras, mi vida sigue llorándote, si tus brazos me rodeasen no sé si habría salida, y si la hay no quiero encontrarla, quiero arroparte y verte dormir esta noche, mil imágenes tuyas acompañan mi sueño cada noche, pero hay que callar, un día sentí esto por alguien y aprendí a callar y a soñar, y aún hoy no sé para qué sirve, como un niño que desperdicia su vida imaginando, para ser el más feliz y desdichado de todos los niños con su cabecita llena de ilusiones y su vida vacía de contenido, no puedo dejar que la vida me venza, porque la vida soy yo y cuando muera ¿qué es la vida?. Y en tu ausencia sigo muerto en vida esperando una señal que me despierte el corazón, la tuya, que esta por venir, mientras, seguiré esperándote sin conciencia de tu ser, y no saldré a buscarte, a ti que te querré, porque tristemente no te encontraría nunca, por ello mañana nos vemos: tú, yo, y el calor.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Dormido conmigo y despierto.(escrito el 31 de Octubre de 1999)


El mundo duerme, el silencio grita todo el ruído que llevo dentro, el viento agita los árboles, que vitorean con sus ramas a las nubes, ojos del cielo que cuando llora surcan en azul, como los pensamientos surcan mis venas, ahora que en soledad no estoy tan solo, ¿Podría la música enturbiar el canto de los pájaros?. El sol quema y daña mis ojos al mirarlo pero me calienta, y es por él que la luna se ilumina, como el padre que brega con su hijo que se consolará en la madre, los pensamientos se antojan inagotables, como las emociones, que se mezclan con los pensamientos en la armonía del aire, eterno compañero. Creo que quiero llorar, tengo tanto que decir, que no puedo seguir pensando, la vida tiene otro sabor en estas circunstancias, no distingo horizontes que se abren de horizontes que se cierran, miedo, inseguridad, no propios de mí, aprendí a vivir con ellos. Inagotables emociones que cambian inagotables pensamientos, inagotables pensamientos que duermen inagotables emociones. Creo...creo que tengo que lavarme la cara.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Suicidio (escrito en 1996)

Me diste la vida, y ahora la usas para dar sentido a la tuya, mientras, yo no he tenido oportunidad de rechazarla, dime por favor... ¿Qué hago yo con esto?, perdóname lo siento de veras, pero no sé como se usa, la estoy malgastando, está en malas manos y no sé a quién dejársela, estoy viviendo unos días extraños por aquí y sólo sé quejarme, entiendo que no entiendas mi postura, pero ¿por qué te sientes mal si realmente quiero marchar? Perdona mi egoísmo, y yo no meditaré sobre el tuyo. Te quiero padre.