¿Decidir dónde ir o simplemente andar?

martes, 28 de octubre de 2008

CárCel y KeTamina.

Querida Chanson:
Te escribo porque desde tu naciemiento he tenido una relación muy estrecha contigo, y se que no estás pasando por tu mejor momento. Despertaste mi más profunda admiración aquella primera vez que me diste la oportunidad de sentirte, se por lo que vas a pasar porque yo he vivido algo parecido. Mis papis se divorciaron hace mucho tiempo y muchas veces no era fácil, por razones justificadas, para ninguno de los dos convivir conmigo. A mi madre le recordaba a mi padre y a mi padre le recordaba a mi madre, es inevitable. Me dieron la vida, y por estas circunstancias yo me sentía muerto, pero al igual que tú, ya estaba vivo, y un poco como todos tenía que soportar la pesada carga de mi propia existencia física en condiciones adversas. Es por esto que quiero abrirte los ojos y llevar contigo tu agonía. Hay sitios en los que no debes estar, y espero no verte por el momento, pero estar viva te abrirá las puertas de estar con amigos como los que yo he tenido en los sitios adecuados, y en las mejores condiciones, lo que al fin y al cabo, supone lo mejor para todos. Con todo, Chanson, tu suerte es infinita, porque casi nadie es realmente bella como tú... porque casi nadie es realmente profunda como tú... no siento esta admiración por cualquiera ¿sabes? Nadie una vez viva, puede impedir que otros que convivan contigo puedan llegar a sentir lo mismo que siento yo.
Si Chanson, yo se lo que es sentir que tu presencia en el mundo no tiene ningún sentido, pero estás viva como yo, y ese es tu sentido.
Sufre lo menos posible porque a pesar de todo, mejor o peor, un padre no puede dejar de querer a su hija...
[para nadie, solo para tí]

lunes, 20 de octubre de 2008

Rayas y Galones.


Ayer terminé esta pequeña joya de John Boyne, seguramente será el libro que escoja para regalar a mis hermanas el día internacional del libro. Y es que este librito de fácil lectura tiene esa fascinante virtud que también tienen ciertas canciones: te lleva a multitud de reflexiones más allá de él pero sin salir de él.
Es cierto que la acentuación de su contenido se manifiesta sobremanera en el periódo totalitarista, con todo, creo que ese "Esto no podría volver a pasar. Hoy en día no", está mucho más lejos de la realidad de lo que nosotros quisiéramos. Y es que el hombre no puede dejar de ser hombre, y las rayas y los galones permanecen inherentes a esa relación ineludible e insalvable que cada uno de nosotros, en tanto que humanos, establacemos con el poder. Es así que los galones y las rayas existirán por los siglos de los siglos dentro de nuestras familias, de las fábricas y negocios en los que trabajamos, e incluso simplemente en las calles, hasta que el ser humano no vuelva a serlo, o hasta que se produzca el utópico milagro de que éste sea protagonista de una evolución que yo, dentro de mi experiencia vital, no podría imaginar jamás. No solo aquellos alemanes eran capaces de hacer lo que hicieron, porque día a día convivimos con gente con su cerebro orientado desde sus entrañas en la misma dirección, aunque gracias al cielo, castrada por el Estado de Derecho dentro de lo posible.
Es por eso que a veces es mejor rebasar las alambradas que acomodarse en el lado que te da de comer previo pago de tu empatía con el semejante y con uno mismo. Es por esto que tantas veces no se vuelve a saber de algunos también hoy en día en tantos sitios. Por que mientras exista el hombre viveremos en un mundo de rayas y galones. Solo espero poder estar siempre en vuestro lado de la alambrada mientras sueño con su caída.

viernes, 3 de octubre de 2008

Turko extranjero.



No imagináis las ganas que tengo de que se repita esta foto, y que los tres turkos estemos de nuevo en Bélgica. Aqui realmente estamos en Holanda, en los lindes con Bélgica. Fue una época de autenticos nervios, de muy poco dinero, y aún así fue una experiencia maravillosa.
Jose Luís y yo queríamos ir a Dubrovnic, pero nos decantamos por Lieja para ver al turko de Valonia, y mereció la pena de veras. Vimos Gent, Maastricht, y muchos pequeños tesoros. Nos empapamos de su modo de vida, y Thibault nos lo dejó muy fácil.
Mañana parto de crucero en mi viaje de novios, curiosamente iré a Turkia y los turkos no estarán. Con todo nos volveremos a reunir. Por cierto chicos...fumáis como turkos...