¿Decidir dónde ir o simplemente andar?

lunes, 18 de agosto de 2008

El esquadròn de la muerte.

Donde la rutina se desvanece. Donde el agua, fuente de vida, no sirve para nada, y los vasos se desbordan de todo lo vedado. Donde todo lo que carece de importancia se antoja indispensable. Donde los sonidos nos mueven con la fuerza de un himno incontestable. Se alza el esquadròn de la diversidad donde todo soldado se viste con la guerrera de todo lo que ha querido ser durante unas horas. Se abre una nueva dimensiòn abstracta como campo de batalla cuyas armas màs poderosas son las emociones màs profundas. El llanto es la muerte y el agradable calor es la vida. Las piezas de ajedrez se mueven como hormigas entre luces, penumbras y sombras. Ningùn soldado te dirà nada, ocultaràn toda la informaciòn que les ha sido confiada. No pretendais saber como son en realidad porque todos tienen un mismo objetivo: derribar la fortaleza de sus sueños incumplidos.
El esclavo se ha librado de sus ligaduras, se ve libre, y su horizonte le parece infinito ahora. Su cuerpo no es el mismo que hace apenas dos horas, y la esperanza de una noche interminable anima su espìritu dotado de una nueva identidad. Mira a un lado y a otro y distingue nuevos colores que antes le eran ajenos. Mira al cielo en la noche cerrada y suspira feliz esperando que todos los segundos de su vida sean asì.
Pero como en todos los campos de batalla, a la mañana siguiente los muertos se cuentan por docenas mientras la luz ilumina sus cadàveres ahogados en una sola expresiòn que ha marcado toda su vida desde siempre.
De nuevo se alzan los zombies presos de su eterna condena con paso decidido y apàtico hacìa el trabajo. La alarma sonò hace treinta y tres minutos.

1 comentario:

Suzu Kid dijo...

hola, recién casado. felicidades